La Mirada de un pobre en una ciudad de la Mancha

Los ojos de ese hombre todavía me tienen impactado.

Mientras las demás personas íbamos, tranquilamente, a gastar nuestro dinero en compras navideñas, este hombre permanecía de rodillas, estoicamente, como si fuera una estatua viviente clavada en la acera de esa calle., pidiendo y pasando mucho frío. Si no me hubiera fijado bien en su rostro, hubiera creido que permanecía impasible al aire gélido de la ciudad; pero, su expresión me dio a entender que realmente estaba sufriendo por las inclemencias y por la postura corporal.

Estamos acostumbrados a pasar de largo cuando vemos personas pidiéndonos, nos incomoda. Pero ese día yo pensé: ¡que duro y triste tener que tirarse al suelo y pedir! Y no me importó en que se iba a gastar el dinero que yo le diera, su mirada de ojos claros y transparentes parecían quererme decir que su vida no había sido nada fácil. Le dí una moneda, anduve unos metros y no pude resistirme a volver sobre mis pasos para darle otra y mirarle fijamente a la cara y dedicarle unas palabras. El no me habló, no supe si era mudo ó que debido a la tremenda vergüenza que sentía por "pedir" no tenía fuerzas para hablar, sólo asentía con la cabeza....

Desde ese instante, supe que la vergüenza la debíamos de sentir todos los demás, sobre todo los que en algún momento de un paseo vespertino por el bonito centro de la ciudad, al ver a una de estas personas, se incomoda y piensa: ya me rompen lo idílico de la tarde..... y además de autojustificarnos para no sacar una triste moneda del bolsillo nos sentimos fastiados porque nos estropea el paseo de escaparates y moda. Nos hace falta mucha reflexión. Estas cosas pueden también explicar en cierta medida el por qué de la crisis actual (económica, de valores, etc). Tendríamos que, en vez de sentirnos incomodados, o soltar una monedita de cumplido a esta gente pobre, intentar poner los medios, entre todos, en la medida de lo posible, para que esta gente no tuviera que estar en la calle pasando frío, vergüenza y padeciendo en definitiva. Quizás así la crisis será menos crisis y nuestra conciencia no se lavaría sino que estaría satisfecha. Compartamos lo nuestro con los demás. Cambiemos las cosas.

Juan Carlos Moreno

Albacete, España