lunes, 4 de enero de 2010

NAVIDADES PARA SIEMPRE

Hace ya que se acabó la Navidad, se acabaron los buenos deseos, la paciencia, se acabó la gentileza y también la bondad, los sentimientos humanos de hoy oscilan, según se lo marquen la tv y los grandes almacenes, nos estamos
desnaturalizando. Triste es cruzarte a la gente por la calle y desconocer ya el significado verdadero de la palabra “humanidad”

Hace no muchos años las personas jóvenes ayudaban a las ancianas a cruzar la calle ó a subir la compra a su vivienda. Todo eso se ha perdido, los ancianos son carne de geriátrico, las calles parecen circuitos de karts con pilotos s malhumorados, que, cuando tienen a un peatón a la vista, aceleran para evitar dejarle paso.

Mucho más grave que la crisis económica, es la crisis de sentimientos y valores, pues el hijo no quiere al padre, el padre no tiene tiempo para dedicar al hijo, los vecinos ahora se llaman “extraños” que viven cerca, los ciudadanos que van por la calle, no son personas, son gente, sin más y es muy fácil morir, en soledad, rodeado de gente.

A pesar de los avances en medicina y de la calidad de vida del mundo occidental se viven más años pero peor. De qué sirve vivir 20 años más, con más achaques, con más soledad y tristeza.Todos queremos ser eternamente jóvenes y no aceptamos con naturalidad el paso del tiempo.

La educación, la buena educación, se resiente por culpa de la play y de las consolas, de los regalos desmedidos, de la falta de atención real. Ahora los niños quedan para jugar uno al lado del otro y no en la calle. Y estos mismos niños no saben y no quieren comer sin tele para no hablar con los padres y viceversa.
La palabra “RESPETO” ha desaparecido del diccionario de cada uno, como si fuera un alien.

Ahora esperaremos al día de San Valentín para querer a nuestra pareja, al día de San José para hacer un cumplido al padre y al día de la Madre para acordarse de ella. La family es una cosa abstracta que sirve para hacer de comer y lavarte la ropa. No es “lo más querido…”.


Las personas obesas son llamadas “gordas” con un sentido despectivo, no hay patrones morales, los hay físicos y económicos, de apariencia. Nuestro ejemplo a seguir no es nuestro padre ó nuestro maestro, sino el supermodelo que aparece en las revistas digitales ó de papel.

Queremos tenerlo todo y realmente, no tenemos nada. Tenemos móviles de última generación pero, en el fondo, nos sentimos solos y aislados en nuestra propia superficialidad.

El sentimiento de la Navidad, debe reivindicarse por todos, para que no nos extrañemos de ver cosas buenas por la calle y para que, de alguna manera, la Navidad, dure doce meres ó eternamente

Juan Carlos Moreno
ALBACETE

2 comentarios:

  1. Juan Carlos, comparto todos esos sentimientos y buenos deseos. Ojala que a los padres que hoy les toca educar a sus hijos (yo ya lo hice)eduquen en valores, no en "tanto tienes tanto vales". Apena oir cuántos niños y adolescentes se mofan de ancianos, de indigentes, de personas que por una u otra causa carecen de todo lo que ellos desprecian.
    Enhorabuena por gtus palabras y a ver si cunde el ejemplo.

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  2. A ver si conseguimos aportar un granito de arena para cambiar las cosas "aprendiz de haiku". Todos nos debemos de llamar como tú, pues en nuestra vida debe predominar la humildad, la belleza y el compromiso. Todos estamos aprendiendo toda la vida y debemos intentar ser ejemplo para los niños. Muchas gracias por tus palabras sinceras.

    Juan Carlos Moreno

    Un Abrazo

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